Los XV años de Lesly
Algunas veces las sesiones para quinceaños son sólo retratos, dedicados a mostrar a la cumpleañera y su vestido y arreglos en todo su esplendor. Y esto no tiene nada de superfluo, al contrario, es el recuerdo de un momento específico e importante de la vida de una chica.
Sin embargo, cuando alguien viene con la propuesta de darle una profundidad emocional a su sesión y darle un drama y transfondo familiar, haciéndola en un panteón, las fotos se convierten en testimonios y ofrendas para aquellos que ya no están con nosotros. La belleza de la sesión reside ahora en los dos aspectos opuestos del universo: la vida y la muerte. La celebración de una joven que cumple sus 15 años y la reverencia que merecen aquellos que no esuvieron para verlo. Son sesiones producto del amor y con una hermosa raíz emocional que es difícil de igualar.
Es por esto que la siguiente sesión es un tesoro para mí. No existe nada más allá. Son de esas pocas oportuniddes que se convierten en joyas.
Y por si esto no fuera suficiente, tuvimos oportunidad de convivir con la familia y conocer sus historias, compartir sus tristezas y parte de sus alegrías. La calidez de los familiares fue evidente y nos trataron como a reyes. Grandes amistades ya surgieron de este contacto. Amistades que también se atesoran como joyas.
Gracias a toda la familia: Lesly, Gustavo, Isabel y la pequeña Fernanda, por ser parte de estas creaciones. De igual modo, gracias a Fátima y Oscar, y a toda la familia. Aquí les compartimos parte de la sesión y fiesta:
Carlos Rodríguez y Mirna Zavaleta
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