Aproximación y curiosidad visual
Por Carlos Rodríguez
Durante mi niñez, y debido al trabajo de mi padre, teníamos que viajar mucho en auto. Nos tocó varias veces quedarnos tirados con el auto descompuesto. Y fue entonces que descubrí un fenómeno extraño. A lo largo del camino uno observa el paisaje y es lo primero que aprendes a apreciar o ignorar. Los detalles del camino eran visibles, pero hasta cierto punto. Pero una vez que quedas confinado a un paraje, la propia aburrición te lleva a buscar entretenimiento con toda la infinidad de detalles que contienen sólo algunos metros del área circundante.
Cada planta, flor, hormiguero, piedra, basura, grietas, animales, texturas, colores y objetos en general se vuelven increíblemente importantes para la mente y curiosidad de un niño. Creo que es una cualidad que perdemos al convertirnos en adultos. Y la reflexión más importante, el fenómeno más importante que descubrí es que si no fuera por el hecho de estar varado en ese lugar, ese microcosmos increíble pasaría inadvertido. Y, al mismo tiempo, entendí que ese microcosmos no nos necesita para existir. Una maravilla en cada metro y cada rincón del camino.
De igual manera, en las ciudades, todos los días recorremos los mismos lugares. Sólo hay ocasionales variantes. Para los ojos de un adulto es el mismo camino de siempre sin nada singular que ver o admirar, pero para los ojos de un niño, cada recorrido puede volverse un descubrimiento mágico y ver diferentes detalles en cada paso por el mismo camino.
Los fotógrafos tenemos (muy seguido) el problema de no tener nada qué tomar. Se nos cierra el mundo. Hace algunos años perdí parcialmente mi vista y esto le dió un giro de 180° a mi vida. Y una de las cosas que fomentó, es mi afición por esos pequeños microcosmos de la ciudad (o paraje natural). Nunca dejaré de hacer paisaje, que técnicamente sería el macrocosmos de una ciudad, pero es el microcosmos el que le ha dado un empuje creativo a la mayoría de mis proyectos artísticos.
Fotografiar una ciudad es un proceso que puede darse en varios niveles de acercamiento. Puedes tomar un atardecer en la playa, tomar a una familia divirtiéndose en ella, puedes tomar un patrón formado en la arena y finalmente, si así lo deseas, puedes continuar hasta el nivel microscópico fotografiando conchas o caracoles. Si observas tu entorno con varios niveles de aproximación, tendrás una infinidad de fotografías pos hacer.
Puedes tomar una calle completa, o una casa o un detalle de la casa o una textura de una parte de la casa o un detalle microscópico de la textura de ese material.
Lo más importante es saber que si la pretensión fotográfica es sólo tomar "Paisaje", las opciones serán limitadas, pero si abres el espectro hacia todo lo que normalmente ignorarías, las posibilidades son casi infinitas.
Y exactamente igual funciona para el paisaje natural. Incluso en el retrato se puede aplicar el principio de los grados de aproximación: cuerpo completo, medio cuerpo, sólo cara o sólo los ojos.
Una vez que queda claro el concepto de los niveles de aproximación, es importante reconocer los que es digno de ser fotografiado. Requiere tiempo, observación y una perspectiva amplia. ¿Por qué te gusta lo que ves? ¿Por qué es valioso que quede fotografiado? ¿Es la forma? ¿Los colores, texturas? ¿valor histórico? ¿Otro tipo de valor?
Cuando una persona tiene una debilidad visual, es natural que cada microcosmos se vuelva una maravilla. La discapacidad nos convierte en niños otra vez. Gesta una fascinación sobre casi todo lo que nos rodea, como si cada cosa que vemos tuviera una fecha de caducidad y fuera importante fotografiarlo.
También ayuda observar fotos antiguas y descubrir lo valiosas que son. Porque si son importantes para nosotros las fotos de hace 100 años, nuestras fotos serán importantes para nuestros descendientes dentro de 100 años.
Desarrollar la facultad para fascinarse con lo visual requiere paciencia, tiempo, experiencia y un continuo cambio de la perspectiva del observador. Observa los cambios de luz, observa a tu sujeto desde otro ángulo. Elimina o agréga objetos. Experimenta. Observa en cámara lenta, con atención. Ve los detalles, las formas, y los significados
Comienza hoy a fotografiar lo que has ignorado en el camino.
Fotos con diversos grados de aproximación